Oh Jesús, Salvador mío, por medio de tu Santísima Madre, te ofrezco durante este día para la santificación de los sacerdotes y seminaristas todas mis oraciones, trabajos y alegrías, mis sacrificios y sufrimientos. Danos, Señor, sacerdotes verdaderamente santos que, inflamados del fuego de tu amor, no procuren otra cosa que tu gloria. Presérvalos de todos los peligros interiores y exteriores. Defiéndelos, sobre todo contra las insidias de los enemigos de su virtud y de su santo ideal sacerdotal. Amén.
SAN JUAN MARÍA VIANNEY, SANTO CURA DE ARS, RUEGA POR NOSOTROS
Nació en Xanten y desde joven abrazó la vida religiosa, recibiendo las órdenes menores, incluyendo el subdiaconato. Fue convertido cuando caminando por un sendero un rayo asustó a su caballo e hizo que lo derribara al suelo, dejándolo sin conocimiento por más de una hora. Lo primero que dijo al volver en sí, fueron las palabras de San Pablo: "¿Señor, que quieres que yo haga?" y por respuesta oyó las palabras del salmo 37: "Apártate del mal y haz el bien".
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Oh Jesús, Salvador mío, por medio de tu Santísima Madre, te ofrezco durante este día para la santificación de los sacerdotes y seminaristas todas mis oraciones, trabajos y alegrías, mis sacrificios y sufrimientos. Danos, Señor, sacerdotes verdaderamente santos que, inflamados del fuego de tu amor, no procuren otra cosa que tu gloria. Presérvalos de todos los peligros interiores y exteriores. Defiéndelos, sobre todo contra las insidias de los enemigos de su virtud y de su santo ideal sacerdotal. Amén.
SAN JUAN MARÍA VIANNEY, SANTO CURA DE ARS, RUEGA POR NOSOTROS
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